¿Sabes qué son los trastornos del equilibrio?
Son un conjunto de síntomas que describen la sensación del desequilibrio en las personas que lo padecen y los cuales tienen definiciones y causas muy variadas, pudiendo coexistir entre ellos.
El mareo es un término popular inexacto que se utiliza con frecuencia para describir diversas sensaciones como desvanecimiento, sensación de estar flotando, desequilibrio, aturdimiento, cabeza vacía o hueca, pesadez del cuerpo, etc.
El vértigo es cuando la persona percibe que ella, él, o el entorno se mueve en forma rotatoria: “se me da vuelta todo”, “siento que estoy girando” o “se me viene el techo encima”, suelen ser frases de pacientes. Se presenta de manera abrupta, súbita y obliga a quien lo padece a estar en reposo. Se acompañan de síntomas y signos vagos como náuseas, vómitos, sudoración profusa, palidez y ganas de defecar. Suelen desencadenarse con cambios de posición corporales o de la cabeza con respecto al cuerpo, tales como acostarse, levantarse o girarse en la cama, agacharse, o mirar hacia arriba.
El vértigo es generalmente causado por cuadros benignos, producidos por un compromiso en la estructura y funcionamiento del oído interno. También hay cuadros menos frecuentes y más severos que afectan estructuras del sistema nervioso central.
Independientemente de cómo se describan, estas sensaciones pueden resultar molestas e incluso incapacitantes, sobre todo cuando se acompañan de náuseas y vómitos. Estos síntomas causan problemas especiales en pacientes que realizan tareas de precisión o peligrosas, como conducir, volar o manejar maquinaria pesada.
El mareo representa alrededor del 5 al 6% de las consultas médicas. Puede aparecer a cualquier edad, pero se vuelve más frecuente a medida que se va envejeciendo. Afecta aproximadamente al 40% de los mayores de 40 años en algún momento de su vida. El mareo puede ser temporal o crónico. Cuando dura más de un mes, se considera crónico. El mareo crónico es más frecuente entre las personas de edad avanzada.
La inestabilidad es la inseguridad al caminar también descrita como pulsión a lateralización al caminar; “siento que me voy de lado”.
¿Por qué puede pasar esto?
Las causas más frecuentes, aunque existe un cierto solapamiento, en general se pueden dividir en aquellas con y sin vértigo.
Las causas más comunes de mareo con vértigo son las siguientes:
- Vértigo posicional paroxístico benigno.
- Enfermedad de Meniere.
- Neuronitis vestibular.
- Laberintitis.
- Migraña vestibular.
La causa más frecuente está originada en el oído interno, que llega a ser causante de aproximadamente el 80% de los vértigos rotatorios.
La migraña vestibular se reconoce cada vez más como una causa frecuente de mareo con vértigo. Este tipo de migraña ocurre con más frecuencia en pacientes con antecedentes personales o familiares de migrañas. A menudo presentan dolor de cabeza con vértigo o mareo. Algunos presentan otros síntomas de migraña, como destellos de luz, zonas ciegas momentáneas o hipersensibilidad a la luz y a los sonidos. También se puede presentar pérdida de audición, aunque no es un síntoma común.
Las causas más frecuentes de mareo sin vértigo son:
- Efectos de un fármaco.
- Causas multifactoriales.
Varios tipos de fármacos pueden causar mareos. Algunos son directamente tóxicos para los nervios de los oídos y/o los órganos del equilibrio (fármacos ototóxicos). Estos medicamentos tienden a causar mareos e incapacidad para concentrar la vista en un objeto (oscilopsia). Otros, por ejemplo, los sedantes, afectan al funcionamiento global del cerebro. En los ancianos, el mareo a menudo es multifactorial, en general, por una combinación de efectos secundarios de los medicamentos y una disminución en la función sensorial relacionada con la edad.
Puede darse mareo sin vértigo cuando el cerebro no recibe suficiente oxígeno ni glucosa, como en los casos relacionados con trastornos no neurológicos, incluyendo trastornos cardíacos y pulmonares o anemia grave.
Muy a menudo, no se encuentra ninguna causa en particular, y los síntomas desaparecen sin tratamiento.
Causas menos frecuentes.
Las causas menos frecuentes de mareo incluyen un tumor del nervio vestibulococlear (neuroma acústico); un tumor, un accidente cerebrovascular o un accidente isquémico transitorio (AIT) que afectan al tronco del encéfalo; una lesión en el tímpano, el oído interno o la base del cráneo; esclerosis múltiple; concentración baja de azúcar en la sangre y embarazo.
¿Cuándo debo acudir a valoración?
La siguiente información puede ayudar a las personas con trastornos del equilibrio a decidir si es necesaria la evaluación por un médico y a saber qué esperar durante la evaluación.
Signos de alarma
En los pacientes, ciertos síntomas y características son motivo de preocupación. Entre estos factores se incluyen los siguientes:
- Dolor de cabeza (cefaleas).
- Dolor cervical.
- Dificultad para caminar.
- Pérdida de conocimiento (desmayos).
- Otros síntomas neurológicos (por ejemplo, problemas para oír, ver, hablar o tragar, o dificultad para mover un brazo o una pierna).
Los pacientes con signos de alarma, aquellos cuyos síntomas son graves o que han sido continuos durante más de una hora, y los que presentan vómitos deben acudir a un hospital de inmediato. Otros deben consultar con su médico tan pronto como sea posible.
Los pacientes con un episodio único, leve y breve (menos de 1 minuto), sin otros síntomas pueden optar por esperar y ver si presentan algún otro episodio.
¿Existe alguna recomendación para los pacientes que padecen de trastornos del equilibrio?
Algunas estrategias de prevención frente a los vértigos, mareos o inestabilidad son:
- Evitar cambiar bruscamente la posición del cuerpo o de la cabeza.
- Tomar abundante líquido, reducir la ingesta de alcohol y tener una alimentación variada.
- Realizar actividad física regular.
- Revisar periódicamente el funcionamiento de audífonos y anteojos.
- Consultar a su médico sobre la medicación que toma periódicamente.
- Evitar movimientos que pueden provocar mareos, como mirar hacia arriba o agacharse.
- Guardar los objetos a una altura que sea fácilmente accesible.
- Levantarse lentamente después de estar sentado o acostado.
- Apretar las manos y flexionar los pies antes de ponerse en pie.
- Aprender ejercicios que combinen los movimientos de los ojos, la cabeza y el cuerpo para ayudar a prevenir el mareo.
- Realizar fisioterapia y ejercicios para fortalecer los músculos y mantener la marcha independiente el mayor tiempo posible.
- Realizar terapia de rehabilitación vestibular (una forma especial de fisioterapia que se dirige a los síntomas de la disfunción vestibular periférica y central).
Es importante seguir las indicaciones de un Audiólogo-Otoneurólogo, quien es el experto en Trastornos del Equilibrio.